Julio

Siempre me pregunté y le pregunté a mis padres por qué Julio y no otro nombre, la respuesta fue simple, como naciste un mes de julio, te pusimos Julio.
¿Los padres eligen los nombres por los meses que nacen los hijos, o por el significado del nombre, cual será el motivo qué los lleva a elegir uno u otro nombre?
Los nombres son como una cruz que tenemos que cargar toda la vida, a veces pesada, al igual que la familia, no se elige.
Julio: el de cabello rizado
Con el cabello rizado, no me identifico, lo tengo lacio.
Julio: el que es fuerte de raíz
Es práctico, responsable y de
carácter fuerte. Tiene una gran voluntad que lo
ayuda a triunfar en lo que se propone.
Hasta llego a pensar que es una ironía de la vida, una jugarreta, un mal chiste.
No soy práctico, ni responsable, ni de carácter fuerte, jamás tengo voluntad para nada, menos para triunfar en lo que me propongo.
La vida me aplasta, me asfixia, me inmoviliza.
Paso los días frente a mi computador con la pantalla en blanco queriendo escribir algo, aunque sea la fecha y al igual que la hoja está mi mente y mi vida, vacías.
Enciendo un cigarrillo, cierro los ojos y trato de capturar aquellos recuerdos de la infancia, aunque sea para poder plasmarlos en este papel y no se vea tan pulcro, aséptico, pero aunque me esfuerce solo logro recordarme cuando me veo.
Y me pregunto cómo me verían los demás, si me vieran; alto, delgado, cabello entrecano, con grandes entradas, nariz aguileña, labios finos que parecen una línea trazada en mi rostro, como una mueca inmóvil, ojos pequeños, algo encorvado, los dedos amarillos manchados por la nicotina, desgarbado y algo sucio. Si sucio, creo que ese ritual de bañarse a diario es una pérdida de tiempo, a quién pueden molestarle mis olores, mis sudores, mis humores, a nadie.
Miro el computador y otra vez esa hoja en blanco que me mira desafiante como queriéndome decir... dale animate, a ver si podes conmigo, a ver si alguna vez logras escribir algo que llene estos espacios en blanco y aunque sea ensucie mi imagen, la manche y no me vea como una novia virgen, inmaculada.
La miro fijo y me gustaría llenarla de palabras para callarle la boca y jamás volviera a hablarme así, en cambio mis dedos inútiles se paralizan ante el teclado y sólo logro observarla y admirar su blancura.
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